Los mantecados, una dulce tradición

Abrir un mantecado no es abrir un dulces cualquiera. Su envoltorio, aroma y textura no evoca y transporta a bonitos recuerdos y grandes momentos. Puede parecer exagerado, pero la mente humana y el enorme esfuerzo de los maestros de este producto como Dulces La Ponderosa hacen posible la «magia» de una época de entrañables vivencias.Y es que es sabido por todos que no se concibe una Navidad sin mantecados pero, ¿de dónde viene esta tradición?

Su cuna está en Andalucía, en los tradicionales Estepa y Antequera, y se cuenta que el origen del mantecado data del siglo XVI, debido al excedente de cereales y manteca de cerdo. Pero su auténtica difusión comercial no se dio hasta el siglo XIX, por una de esas historias que «casuales» que a todos nos gusta escuchar. Para Filomena Micaela Ruiz Téllez, mujer de hábiles manos en la cocina, los mantecados no tenían ningún secreto y era conocedora del valor energético de este producto que «fabricaba» en su propia casa. Aprovechando la profesión de su marido, transportista cuya ruta llegaba de Estepa a Córdoba, Filomena le decidió darle mantecados a su marido para que los vendiera por los mercados por los que pasaba. Así comenzó a popularizarse el mantecado, para nuestro gozo.

Pero el éxito a veces radica en los pequeños detalles y como no, en las casualidades. Para resistir mejor el transporte y mantener sus propiedades más tiempo, decidieron SECAR el producto, dando lugar al rico mantecado que todos conocemos. Así fue como descubrieron que podrían mejorar la receta secando el producto, que acabó por conseguir esa textura firme en el exterior y tierna en el interior.
En Dulces La Ponderosa llevamos desde 1.955 llevando a tu casa la receta más tradicional tanto en Navidad como en cualquier época del año, fabricando bajo denominación de origen protegida y siempre cerca de ti tanto en los Dulces Momentos como ayudándote a cumplir tus sueños con Dulces Proyectos…